El cartílago es tejido conectivo duro —pero flexible— que se encuentra en numerosas áreas del cuerpo humano y animal. Como en la mayoría del nuestro tejido conectivo, el colágeno es el ingrediente vital. Incluye las articulaciones entre los huesos; los codos, las rodillas, los tobillos e inclusive la caja torácica, las orejas, la nariz, los tubos bronquiales y los discos intervertebrales. Aunque el cartílago no es tan duro y rígido como el hueso, es más rígido y menos flexible que el músculo.
Sin embargo, a diferencia de otros tejidos conectivos, el cartílago no contiene vasos sanguíneos. Debido a esto —comparado con los demás tejidos conectivos— crece, se repara y sana con lentitud.
Tomar suplementos de colágeno pueden proveer de una capa de protección para las articulaciones. Una dosis diaria puede permitir que las reservas de colágeno se revitalicen; de tal manera que después de un par de semanas el dolor puede reducir notablemente, y después de tres meses las molestias hayan desaparecido.
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